Los casos en los que el seguro lo hizo posible

Los microseguros que luchan contra la pobreza

La lógica nos llevaría a pensar que en una tierra donde se trabaja para cubrir las necesidades básicas, los seguros no tienen cabida, sin embargo, nada más lejos de la realidad. Para adaptarse a las regiones en vías de desarrollo económico, la industria ha creado los llamados microseguros, que están proliferando especialmente en América Latina, África y Asia.

Hablamos de seguros creados para proteger a las personas con pocos recursos contra riesgos muy concretos -como accidentes, enfermedades, decesos en la familia, desastres naturales y pérdidas de bienes – a cambio del pago de primas muy bajas, adaptadas a sus necesidades concretas y capacidades de pago. Este sistema permite, por ejemplo, que pequeños agricultores africanos puedan asegurar sus cosechas, al menos parcialmente, contra pérdidas catastróficas que, de lo contrario, podrían arruinarlos. El seguro les cubre frente a la sequía, el exceso de lluvia y la enfermedad a cambio de una prima mínima.

Campofrío, la fábrica que resurge de las cenizas

El 16 de noviembre de 2014 un incendio redujo a cenizas la fábrica de Campofrío en Burgos, y con ella, el puesto de trabajo de un millar de personas. Lo que sin lugar a dudas era un horizonte negro para la empresa, dio un giro gracias a las pólizas de seguros que la dirección había contratado. Campofrío había asegurado tanto la nave y las existencias como la pérdida de beneficios en caso de que un siniestro les obligara a parar su actividad. El importe recibido ayudará a la reconstrucción de la nueva fábrica y a cubrir parte de las pérdidas producidas por la parada en la producción.

La familia Belón y el avión que les rescató del tsunami

Su historia dio la vuelta al mundo a través de los ojos del director de cine Juan Antonio Bayona. La española María Belón y su familia fueron solo unas de las miles de personas que sufrieron las consecuencias del tsunami que asoló Tailandia en 2014 pero su historia, afortunadamente, tuvo final feliz. Más allá de la fortuna de sobrevivir al impacto de la ola y de los primeros cuidados que les proporcionaron los médicos locales, para salir de esa difícil situación la familia Belón contó con el apoyo de la aseguradora que les trajo de vuelta a casa. En un momento en que las comunicaciones del país estaban prácticamente bloqueadas y la atención sanitaria desbordada, la aseguradora de la familia puso a su disposición un avión medicalizado para que María Belón, que sufría múltiples traumatismos, pudiera regresar a casa y ser tratada de sus heridas. Las aseguradoras de todo el mundo pagaron más de 50 millones de euros en seguros de viaje a consecuencia de esta catástrofe.