Evitar el contacto con objetos reduce la posibilidad de contagiarse de COVID-19

La mayoría de nosotros no somos conscientes de las cantidad de objetos con los que tenemos contacto cada día, y cuantos de ellos pueden estar contagiados. Ya sabemos que es importante mantenerse a distancia de otras personas, al menos a un metro de distancia de los demás. Pero las gotículas que expulsamos al hablar y respirar pueden caer sobre los objetos y superficies que rodean a la persona, como mesas, pomos, barandillas, etc. de modo que otras personas pueden infectarse si tocan esos objetos o superficies y luego se tocan los ojos, la nariz o la boca. Por ello es importante lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o con un desinfectante a base de alcohol. Por lo tanto, es fundamental evitar el contacto con objetos que tocan múltiples personas, ya que puede ayudar a prevenir nuevos contagios.

Hay tres tecnologías que nos ayudan a evitar contactos innecesarios y por lo tanto son muy útiles en esta situación de pandemia:

La tecnología ‘contactless’

La biometría por voz

El reconocimiento facial

La tecnología “contactless“, o sin contacto por su significado en español, inició su andadura con la aplicación a los pagos con tarjeta de crédito sin necesidad de que se introdujera la tarjeta en la terminal de pago, solo con acercarla a un centímetro más o menos es suficiente, pero también sirve para acceder a una terminal aérea o a un edificio con una tarjeta de identificación que tenga la tecnología incorporada, con ella nos ahorramos tener que tocar cosas innecesariamente.

En el caso de la biometría por voz, que aprovecha la condición única de la voz de cada ser humano, además de permitir que nos reconozca, está ayudando en los avances para detectar, por ejemplo, si una persona está infectada por la COVID-19, todo un avance que evitaría muchos contactos con el personal sanitario y otros que por supuesto tienen su riesgo.

También nos hemos familiarizado con el reconocimiento facial, tanto que hasta los teléfonos móviles nos permiten mantenerlos a salvo de curiosos o enemigos de lo ajeno gracias a la tecnología de reconocimiento facial que incorporan. Esta tecnología también la podemos encontrar en el acceso a determinados edificios o incluso en lugares donde hay que proteger datos o instalaciones por su importancia estratégica. Está tan extendida que hay coches que dentro de poco estarán disponibles en el mercado y que no arrancarán o se pondrán en marcha si su propietario no está a bordo.

Mientras tanto no tengamos todas esas tecnologías disponibles, bastará con tocar la menor cantidad de cosas posibles y mantener la higiene muy frecuente de las manos, aplicando además gel hidroalcohólico después.