A pesar de lo que se piensa, injustamente, a veces, que una empresa sea longeva no es signo de que esté anticuada y desactualizada, sino de todo lo contrario. Si alguien se las ha arreglado para permanecer en un mercado, compitiendo con eficiencia, no es porque sea un negocio avejentado y atrasado, sino porque ha sido capaz de adaptarse a todas las novedades que se le han presentado y aplicarlas con ventaja. La longevidad es signo de salud, de flexibilidad y de dinamismo.
Es a través de este prisma como debe observarse la longevidad de la empresa aseguradora, que está entre las más elevadas de cualquier economía. Te vamos a dar algunos datos sobre esta realidad en España.
La edad media de las aseguradoras del mercado español es, con cifras 2017, de 47 años y cuatro meses, día arriba, día abajo. Esto quiere decir que el asegurador medio español lleva haciendo lo que hace desde 1970. Pero eso es una cifra media. Una de cada diez aseguradoras del mercado español estaba allí desde 1927, o antes. Una de cada cinco está ahí desde 1941, o antes. Y una de cada cuatro comenzó a operar en 1948, o antes.