Según un informe de la OCU, los asistentes virtuales como Alexa consumen electricidad incluso en modo reposo, convirtiéndose en el segundo dispositivo doméstico que más consume en una casa, después de la caldera de gas.
Es cierto que Alexa es un dispositivo que puede facilitar mucho la vida en casa, permitiéndonos controlar otros dispositivos inteligentes, hacer búsquedas en internet, pedir música o recibir información sobre el tiempo. Pero la OCU nos recuerda que todo esto tiene un coste eléctrico, que se traduce en unos 24 euros al año aproximadamente.
Es importante que seamos conscientes de este gasto y que intentemos minimizarlo en la medida de lo posible. Una opción es desconectar el dispositivo cuando no lo estemos utilizando, ya sea apagando el enchufe o desconectando el cable de alimentación.
Otra opción es utilizar funciones de ahorro de energía que se ofrecen en algunos dispositivos, como el modo de ahorro de energía de Alexa, que reduce el consumo de energía en un 15% cuando el dispositivo está en reposo. También podemos configurar el dispositivo para que se apague automáticamente después de un cierto período de inactividad. Todo eso disponible en la aplicación de Alexa.
Además, debemos tener en cuenta que no sólo es importante el gasto eléctrico que supone tener un dispositivo como Alexa en casa, sino también el impacto ambiental que esto puede tener. Al reducir el consumo eléctrico de nuestro hogar, no sólo estaremos ahorrando dinero en la factura de la luz, sino también contribuyendo a reducir la emisión de gases de efecto invernadero y a proteger el medio ambiente.
Hay varias formas de conocer el consumo de los electrodomésticos que tenemos en casa, la primera es consultando la etiqueta energética del aparato, que indica el consumo anual en condiciones determinadas. También puedes mirar la potencia eléctrica en la placa de características del electrodoméstico, para estimar el consumo en kWh. Y por supuesto, puedes utilizar dispositivos de control de energía para medir de manera instantánea el consumo eléctrico acumulado o puntual de un electrodoméstico, aquí tienes más información al respecto.
Según la OCU, los electrodomésticos que más consumen son los frigoríficos, los congeladores, las lavadoras, las secadoras, los lavavajillas, los hornos y las vitrocerámicas. A continuación, recogemos algunos ejemplos de consumo anual de estos electrodomésticos según indica la OCU en su estudio:
- Frigoríficos y congeladores: el consumo anual de un frigorífico oscila entre los 100 y los 300 kWh al año, mientras que el de un congelador puede estar entre los 200 y los 600 kWh al año.
- Lavadoras y secadoras: el consumo de una lavadora puede variar entre los 150 y los 300 kWh al año, mientras que el de una secadora suele estar entre los 200 y los 600 kWh al año.
- Lavavajillas: el consumo anual de un lavavajillas puede estar entre los 150 y los 400 kWh al año.
- Hornos y vitrocerámicas: el consumo de un horno eléctrico oscila entre los 600 y los 1.200 kWh al año, mientras que el de una vitrocerámica puede estar entre los 150 y los 300 kWh al año, dependiendo del tamaño y el número de fuegos.
Cabe destacar que estos valores son aproximados y pueden variar dependiendo del modelo, la marca y el uso que se le dé al electrodoméstico. Además, hay que tener en cuenta que el consumo de energía de un electrodoméstico también puede depender de otros factores como la temperatura ambiente, el número de veces que se abre la puerta, la carga que se pone, entre otros. Por eso es importante estar atentos al consumo de energía de nuestros electrodomésticos para poder controlar nuestro consumo eléctrico y ahorrar en la factura de la luz.
Para resumir, aunque Alexa es un dispositivo muy útil que puede facilitarnos mucho la vida en casa, es importante que seamos conscientes del gasto eléctrico que supone tenerlo siempre encendido. Intenta utilizar las funciones de ahorro de energía o desconecta el dispositivo cuando no lo estes utilizando. De esta forma ahorraras dinero en la factura de la luz.