Seguro de repatriación de viajeros ¿Merece la pena?

La mayoría de los viajes que hacemos, afortunadamente, transcurren en gran parte como los habíamos imaginado. Y, de los que salen mal, en tan sólo el 1% de los casos es necesaria la repatriación. Esto quiere decir que, afortunadamente para los demás, son una minoría las personas que necesitan este servicio. Sin embargo, si te ves en esta situación, será mejor que cuentes con un seguro de repatriación y este es el motivo:

La repatriación se identifica con ese momento en el que el viaje sale mal, mal. Los seguros de viaje se ocupan de situaciones como la pérdida de equipaje, el robo de documentación, la cancelación de alguna actividad o incluso el overbooking.  Todas ellas son situaciones que, con la ayuda necesaria, se pueden superar y seguir disfrutando de las vacaciones. Sin embargo, cuando se produce la repatriación ya no hay vuelta atrás. El viaje ya no da más de sí y, lo normal, cuando nos repatrían, nosotros mismos ya todo lo que queremos es volver, olvidar la pesadilla en la que se han convertido nuestras vacaciones.

El 1% de las asistencias en viaje necesitan repatriación con unos elevados costes

Siendo como es una posibilidad relativamente remota dentro de una realidad como es el viaje que se tuerce, puede haber quien se plantee si verdaderamente hace falta asegurarse frente a eso; si hace falta adquirir esa cobertura. Quien piense eso debe recordar una regla proporcional que se suele presentar en el mundo del seguro, y que nos dice que, por lo general: cuando un riesgo es poco probable, a cambio, suele ser potencialmente grave.

3 de cada 4 repatriaciones se produce en el mes de julio

La repatriación nos libera de quedarnos encerrados en el Paraíso al que nos fuimos de vacaciones y que, muy probablemente, en el momento en que necesitamos de la repatriación, se ha convertido en todo lo contrario, esto es: en un Infierno. Está, además, íntimamente ligado al que, en la mayoría de los casos, es el “gran viaje” del año: el que hacemos durante las vacaciones de verano. Habitualmente, tres cuartas partes de las repatriaciones se realizan sólo en el mes de julio.

La repatriación de Lo imposible

Una de las repatriaciones más famosas, no solo por lo conocido del caso sino porque quedó inmortalizado en una película, es la de la familia de María Belón tras el tsunami de 2004 en Tailandia. Una de las últimas escenas de la película que retrata su historia, Lo Imposible, muestra al avión de su compañía aseguradora repatriando a toda la familia de vuelta a casa.

Decidir viajar sin esta protección, por lo tanto, es arriesgado. Es más: debes ser especialmente cuidadoso a la hora de contratarla, sobre todo en conexión con tus planes de vacaciones. Es obvio que no es igual de complejo traerte de vuelta a casa desde Kenia que desde Móstoles. Por lo tanto, al igual que ocurre con la cobertura por enfermedad o asistencia sanitaria, que hay que tenerla muy en cuenta de acuerdo con el destino que hayamos elegido y su sistema sanitario, también debes de tener en cuenta que, según cuál sea tu destino, tu cobertura de repatriación tiene que ser buena.

Lo decimos siempre: la misión de los viajes es salir bien. Pero si salen mal, tener un seguro nos ayuda a que eso sea sólo un pequeño recuerdo molesto. Y, si salen muy, muy mal, el seguro nos ayudará a olvidarlos.