Una de las situaciones más agobiantes de gestionar es hacer frente al fallecimiento de un ser querido en un país extranjero, sin los tuyos cerca y con el agravante de tener que repatriar los restos al país de procedencia. Esto es debido no solo al idioma, o a los costes a los que hay que hacer frente, que de por si son elevados, sino también a la problemática de los trámites legales y fiscales que hay que poner en marcha para resolver la situación de la mejor manera posible.
Un elevado número de personas procedentes de otros países, más de 4,5 millones de personas según los datos del año 2017, viven en España y trabajan aquí, integrados y con sus cónyuges e hijos muchos de ellos, sin embargo, sus raíces y sus familiares viven en los países de origen.
Con el objetivo de facilitar las cosas a estas personas se creo el seguro de decesos para residentes, que pone especial interés en los aspectos relacionados con la opción de trasladar los restos del fallecido a su país de origen para que descansen en el lugar que hubiera decidido. Para ello este seguro cuenta con una cobertura de repatriación y asistencia en viaje para que todo esté previsto y sin problemas para la familia.
Por supuesto que también se encarga de todo lo relativo a los trámites aquí, es España y por lo tanto cubre los gastos fúnebres, tanatorio, traslados si fueran necesarios, etc. y posteriormente da apoyo en la tramitación de los documentos como el certificado de defunción y otros.
Es en definitiva un seguro de decesos completo, y con las mismas modalidades que se pueden contratar en España, pero con una cobertura muy específicamente dedicada a la repatriación de los restos al país de origen, la asistencia en viaje para los familiares que los acompañen. De esta manera la familia solo tiene que ocuparse de atender a los suyos en momentos difíciles, evitándoles desembolsos, trámites y preocupaciones.
