Los jóvenes y el seguro

Asimismo, los jóvenes son una de cada 10 personas que firman al pie de un contrato de seguro del automóvil. El porcentaje, aquí, varía mucho según el tipo de vehículo. Por ejemplo, los jóvenes representan el 17% de los conductores que van subidos sobre un vehículo de dos ruedas. Pero si te paras al lado de una carretera a ver pasar camiones, tendrás que contabilizar hasta cincuenta antes de que veas a un camionero de menos de 35 años al volante. Los jóvenes constituyen, eso sí, el 10% de los conductores de turismos, el vehículo mayoritario. Pero no suelen manejar furgonetas (conducen el 4%), tractores (3%) ni maquinaria industrial (3%).

Dicho esto, ¿hay seguros para jóvenes? Desde luego, lo que hay son seguros de jóvenes. Es decir, seguros suscritos por ellos con mucha frecuencia. Hablamos de seguros como el de asistencia en viaje. Porque a los jóvenes les gusta moverse, y no pocos de ellos han aprendido que, por poco dinero, un seguro de asistencia aporta tranquilidad allí donde estén. Vayan con maleta o con mochila. Sin embargo, hay seguros por descubrir; como, por ejemplo, el seguro de vida.

En estos momentos los jóvenes tienen una mayor percepción de los riesgos y la vulnerabilidad, por lo que buscan protección y seguridad, posiblemente como consecuencia de pandemia vivida.

El seguro de vida, un desconocido que puede garantizar su futuro

Sí: el seguro de vida. Los jóvenes aprenden pronto a asegurar aquello que les importa: su móvil, su vehículo, sus escapadas, sus pertenencias… Pero también pueden pensar en lo que, en realidad, les importa más, que son ellos mismos. Un seguro de vida-ahorro existe para permitir la progresiva acumulación de un patrimonio que podremos usar en el futuro. Futuros hay muchos, y en no pocos de ellos disponer de recursos no es ninguna mala idea. En primer lugar, un joven puede entender que, por lejana en el tiempo que esté su jubilación, que lo está, eso es una ventaja: dejar a los ahorros trabajar más tiempo equivale a tener más dinero al final. Empezar pronto, pues, es empezar mejor.

Pero es que, además, como te decimos, hay muchos futuros. Hay momentos en la vida en los que hace falta un esfuerzo económico especial: la financiación de un máster, o de una estancia educativa, por ejemplo. Y no es nada ilógico plantearse que ahorrar sistemáticamente para ese momento, desde el momento en que se conoce o sospecha que se presentará, es una muy, muy buena idea. El seguro de vida es una forma muy adecuada de abordar esas necesidades.

Presencia de los jóvenes en las distintas categorías de seguro

Son 1 de cada 23 asegurados de vida.
Son 1 de cada 4 asegurados de decesos.
Son 4 de cada 10 asegurados salud.
Son 1 de cada 10 asegurados de auto.

Fuente: Elaboración de Estamos Seguros.