La canción recientemente lanzada por Shakira ha generado un gran revuelo en las redes sociales y en los medios de comunicación debido a las referencias a su relación pasada con el futbolista Gerard Piqué. Una de las líneas de la canción menciona a Piqué cambiando “un Ferrari por un Twingo“.
¿Te animas a saber cómo es el seguro en el mundo? ¡Esperamos que te guste el viaje!
Quizá nunca te hayas preguntado cuál es el primer mercado asegurador del mundo. Sin más misterios, se trata de Estados Unidos. El seguro mueve en la primera economía del mundo unos 2,7 billones de dólares. El segundo es China, aunque a distancia considerable. En este mercado, la venta de pólizas genera una facturación de unos 700.000 millones. Un importe que, eso sí, está muy por encima de otras grandes economías como Japón, Reino Unido, Francia, Alemania o Corea del Sur. Y España, ¿por dónde anda? Bueno, España ocupa el puesto 13 del ranking mundial. Un puesto muy loable… salvo que seas supersticioso.
Cada año hay en España cerca de 300.000 lesionados en accidentes de tráfico y de ellos 100.000 requieren de tratamiento asistencial para recuperarse. Este servicio, como el resto de las atenciones de los heridos en carretera, corre a cargo del seguro. Si tienes la desgracia de sufrir un percance al volante, puedes tener la tranquilidad de que recibirás la atención de calidad que necesites para tu total recuperación, tanto en el ámbito hospitalario como en el ambulatorio.
No todo el mundo es consciente de ello, pero tras un accidente de tráfico, el seguro es quien asume, en la mayoría de los casos, todos los gastos de atención a los heridos, incluso cuando la atención es prestada en el ámbito de la sanidad pública. Esta realidad surge de la obligación que el asegurador tiene, al asumir la responsabilidad civil del causante del accidente, de reparar los daños corporales producidos en el evento. Esta obligación, en todo caso, se cumple con eficiencia gracias fundamentalmente gracias a los convenios de asistencia sanitaria que, en el ámbito de la sanidad pública y privada, se firman por la mayoría de las compañías de seguros, el Consorcio de Compensación de Seguros, los servicios de salud y una amplia red de centros médicos privados. Estos convenios permiten asignar desde el momento del accidente qué aseguradora se hace cargo de las facturas médicas de los lesionados en el accidente.
Algunos le dan poca importancia. Otros lo relegan al ámbito de picaresca. Pero nada más lejos de la realidad. El fraude al seguro es un delito. Y bien serio. Quien intenta defraudar a su aseguradora no solo causa un mal a la compañía, sino que perjudica a todos los asegurados. A todos sus conciudadanos. Sí. ¿Y por qué?
Muy sencillo: las aseguradoras resuelven los problemas de la gente con el dinero que le pagan sus clientes. Desde un golpe de chapa a un incendio en un negocio. Por lo tanto, cuando un defraudador plantea una reclamación indebida, falsea los hechos o el valor de la pérdida, lo que hace es tratar de obtener un beneficio que no le corresponde a costa del resto de asegurados, que son honrados. De igual forma, cuando el seguro indaga en las reclamaciones indebidas protege los intereses de sus asegurados.
¿Sabes una persona que te costará encontrar en estos tiempos? Pues una persona que no esté hoy más preocupada por su salud de lo que lo estaba hace bien poco. Los hechos históricos nos cambian. Una pandemia es un hecho histórico y ha obrado cambios en todos nosotros, uno de los principales, que nos ha hecho más conscientes de la importancia que tiene prevenir, cuidar y gestionar la salud propia y de la quienes queremos o dependen de nosotros.
Esto se nota mucho en el caso del seguro privado de salud. Los datos nos indican que el año 2021, el colectivo de españoles que tiene un seguro de salud privado con prestaciones médicas (visitas al doctor, análisis, hospitalizaciones…) fue de unos 11,6 millones de personas; lo cual quiere decir que, en la última década, aproximadamente 2,8 millones de españoles se han apuntado a ello.
La movilidad, sobre todo la movilidad urbana, depende cada día más de vehículos distintos de los que estamos acostumbrados a ver en la circulación rodada. Hay clásicos que han estado ahí desde hace mucho tiempo, como son las bicis, pero la oferta se diversifica cada día más. Sea cual sea el medio de transporte alternativo que utilices, todos tienen algo en común: en mayor o menor medida, pueden provocar daños a terceros y sus “conductores” son los responsables. Para asumir estos daños los propietarios pueden tirar de seguro y, más concretamente, de la cobertura denominada técnicamente como responsabilidad civil.
Como cualquier seguro, el seguro de decesos es un contrato entre dos partes: el asegurado y la compañía, que da lugar a unos compromisos para ambos. La aseguradora se hace cargo de los gastos y el servicio funerario en caso de fallecimiento del asegurado, y el asegurado se compromete a pagar las primas durante el periodo de vigencia de la póliza. Sencillo ¿verdad?
No hay muchos sectores económicos en los que exista una figura que esté al lado de los clientes en caso necesario, generalmente en una situación de discrepancia con la empresa a la hora de recibir un servicio o contraprestación. En el seguro sí existe y se llama defensor del asegurado.
El Defensor del Mutualista, del Asegurado y del Cliente tiene su origen en la Ley 44/2002, de 22 de noviembre. En ella se establece la función principal que consiste en la mediación en un conflicto entre una aseguradora y un cliente. Para que esto pueda llevarse a cabo sin interferencias de ningún tipo, éste dispondrá de independencia absoluta de los organismos de administración de la aseguradora a la que pertenezca.
Quienes tienen la música por hobby o profesión no pueden vivir sin su instrumento musical. Seas un guitarritas cantautor que no puede salir sin su instrumento de casa o un rockero que ensaya con su grupo todos los días en el local del barrio y que, además, se va de gira con su grupo a festivales por España, deberías tener un seguro de tu instrumento musical para quitarte de disgustos.
Si vas por la calle paseando o en el autobús mirando a toda esa gente que pasa, has de saber que 1 de cada 5 jóvenes de los que ves entre 15 y 24 años toca un instrumento musical. Así lo muestra la última Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España (2014-2015) publicada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Además, a pesar de que los músicos tienen menos peso según se avanza en las generaciones, el tocar un instrumento es una de las actividades que después de la fotografía, las actividades con medios audiovisuales y pintar concita más pasiones.
El seguro debe responder a las necesidades de la sociedad y esto le obliga a ser un sector en constante cambio y evolución. En este sentido, la digitalización se ha convertido en el mejor aliado para mejorar y actualizar servicios en los últimos años. De su mano han llegado grandes novedades como las consultas on-line o teleperitaciones, que han sido claves para la garantía de servicios durante la pandemia. Estas son cinco de las novedades más destacadas que el seguro ha podido implantar en los últimos años gracias a la digitalización.