Sin seguro no hay chocolate

El seguro está presente en prácticamente todo lo que haces en tu día a día. Aunque no lo creas, eso también incluye el momento en el que saboreas una deliciosa taza de chocolate caliente.

Todo empieza con las materias primas. Cacao, azúcar y aceite, son las más comunes. Agroseguro, el pool que cubre las explotaciones de cultivos, se encarga de asegurar la caña de azúcar, la remolacha azucarera o el olivar frente a las adversidades del clima, como la sequía o el granizo. Los productores también están cubiertos frente a los incendios que puedan producirse y hacerles perder la producción.

Otro ingrediente esencial en la elaboración del chocolate es la leche. A la vaca le pueden pasar muchas cosas que pueden interrumpir la producción de leche y que un seguro puede atender. Accidentes o enfermedades, por ejemplo. En 2022 había en España 568.000 vacas de leche aseguradas.

El seguro también acompaña al cacao en su trayecto desde el campo hasta la cesta de la compra. Por un lado, se aseguran los vehículos en donde se llevan los ingredientes de un lado a otro frente a averías y, también, los percances con la carga. Ya en la fábrica, se aseguran las instalaciones frente a daños materiales a través de un seguro multirriesgo industrial y se protege a los empleados de los posibles daños personales o accidentes que pudiesen sufrir. De la fábrica, el chocolate viaja de nuevo protegido por el seguro de transportes al punto de venta.

Sin seguro, no hay chocolate

Una vez en el estante del supermercado o en la cafetería de tu barrio, el seguro sigue presente en la cadena de distribución del chocolate. ¿Cómo? A través del seguro de comercio. Estas pólizas se hacen cargo de los daños materiales, robo o posibles incendios que se puedan producir en los establecimientos que frecuentas.

Pero no sólo eso. También se asegura el producto final. Por un lado, existen los seguros de responsabilidad civil, que protegen al fabricante en caso de intoxicación de los consumidores. Por otro, están las pólizas de retirada de producto, por si hay que sacar del mercado una partida en mal estado.

Willy Wonka tenía sus Oompa Loompas. La economía moderna tiene el seguro. En tableta, como relleno o a la taza. Dulce o amargo. Como tú prefieras. El seguro tiene mucho que ver con que puedas disfrutar del cacao en sus múltiples y plancenteras versiones. ¡Buen provecho!