Y es que las mujeres están en primera línea en todas las actividades de la vida, y el seguro no iba a ser una excepción.
En el sector asegurador trabajan más mujeres que hombres. En los últimos treinta años, el empleo femenino en seguros, tal y como lo mide la EPA, se ha multiplicado por cinco.
¿Queda mucho por hacer? Desde luego. Pero digamos que a unos les falta menos que a otros.
Y es que cinco es el doble que dos y medio, que es la ratio por la que se ha multiplicado el empleo femenino en el conjunto de la economía. Así pues, ser mujer ha sido el doble de chollo a la hora de encontrar trabajo en el seguro que en el conjunto de los demás sectores.
Hoy en día, la mujer se encuentra en cualquier esquina de esta actividad. Hace años, es cierto, cualquier reunión de responsables técnicos (actuarios) o de riesgo (economistas) de entidades aseguradoras era, básicamente, una reunión de americanas, pantalones y algún chaleco. Pero eso, hoy, ha cambiado.
Las cifras optimistas, sin embargo, siempre se pueden relativizar, y comúnmente lo son por el mismo flanco: que trabajen más mujeres no quiere decir, necesariamente, que lo hagan en los puestos de mayor responsabilidad. Eso es cierto, y por eso no cabe sino reconocer que queda camino por hacer. Pero el sector asegurador, cuando menos, está en el camino adecuado.